Charly García también se enfrentó hace dos años con una decisión fundamental. Permitir que las drogas sepultaran su carrera y su vida por añadidura, o seguir adelante y rearmarse como persona y músico. La batalla fue dura, pero al final el argentino salió avante, tanto que retomó las presentaciones en vivo y los viajes, uno de los cuales lo trajo ayer a Guadalajara para reencontrarse con sus fieles fanáticos tapatíos, mil 500, de acuerdo a los organizadores, quienes ayer por la noche a una sola voz le gritaron al cantante: “Charly, eres grande”.
Encendidos
Hay facturas que se pagan, y ayer Charly tuvo que hacer frente a la primera, en un concierto al que acudieron sus más fieles y pocos curiosos. Predominaron los “adultos contemporáneos” a la edad del cantante y los mayores de 25 años, aunque eso sí, una vez adentro, todos se unieron para ofrecerle al roquero pampero un coro monumental.
El grito de “¡Oee, oee, Charly, Charly!”, se dejó sentir a partir de las 22:00 horas. El público exigía impaciente la presencia del argentino en el escenario y cinco minutos después apareció con toda su banda.
De andar pausado, con el cabello despeinado como si jamás lo hubiera tocado un peine y una sonrisa bonachona, Charly se trasformó en otro en cuanto comenzó el show. Temas legendarios como Demoliendo hoteles, Promesas sobre el bidet, Rap del exilio y Extraño sirvieron de apertura antes del saludo obligatorio de “buenas noches Guadalajara”.
García desplegó lo mejor de su música, sin la movilidad de antes pero sí con un oficio que le permitió ofrecer de forma puntual varios de sus éxitos, todos coreados, aplaudidos y bailados por sus fanáticos. “Muchísimas gracias, ¿Quieren más rock?”, gritó Charly desde el escenario, obteniendo como respuesta un sonoro “¡sí!”.
Roqueros hasta el fin
La lista de canciones que Charly García preparó para su concierto lucía desde anoche como un festín musical, apropiado para quienes han seguido de cerca la carrera del artista, considerado entre la crítica como uno de los “padres” del rock argentino y una influencia fundamental para bandas como Soda Stereo o artistas como Fito Paéz.
Influencia, Me siento mejor, Mi amor, Deberías y No toquen figuraron entre las favoritas del público, que entre gritos y vivas celebró cada paso, suspiro y gesto de Charly. “Muchas gracias, en serio, Guadalajara eres roquera”, declaró el músico, refrendando el “enamoramiento” mutuo.
Por una noche, los escándalos, excesos y problemas en los que se metió Charly García en el pasado quedaron silenciados por el rock y por la buena decisión que tomó, al salvarse a sí mismo y a su música.
Por Francisco González
Fuente: El Informador (México)